La reconocida médica y educadora Maria Montessori dijo: «El juego es el trabajo del niño». De hecho, el juego es fundamental para el desarrollo físico, cognitivo, lingüístico, sensorial, social y emocional de tu hijo. Pero, ¿hay una forma correcta de jugar? ¿Debes inscribir a tu bebé en clases o debe quedarse en casa y seguir su curso mientras explora y elige cómo y con qué jugar?
La respuesta es que ambas opciones son válidas.
La clase de música, el yoga familiar y la demostración de cómo pintar o jugar son ejemplos de juego estructurado. Por otra parte, el juego libre comprende cualquier actividad donde los niños dirigen su propio juego. Los dos tipos de juego tienen beneficios importantes, así que que la clave es lograr un equilibrio entre ambos.
Los beneficios del juego estructurado
Aquí en BabySparks conocemos el valor del juego estructurado ¡construimos un programa completo a su alrededor! Sabemos que nuestras actividades interactivas conducidas por los padres, no solamente apoyan el desarrollo de tu pequeño, sino que también promueven el intercambio entre ustedes que literalmente da forma a su cerebro.
Las actividades estructuradas como la nuestras, las clases de gimnasia infantil y similares tienen beneficios evidentes, que incluyen:
- Mostrarle a tu hijo cosas nuevas. El juego estructurado te permite exponer a tu hijo a una variedad de actividades que puede que él no descubra por sí mismo.
- Desarrollarle fuerza, equilibrio y coordinación. Iniciar juegos de movimiento con tu hijo lo ayuda a aprender y dominar habilidades de la motricidad gruesa así como a mantenerse activo.
- Enseñarle habilidades. Durante el juego estructurado puedes enseñarle cualquier habilidad que se te ocurra (sostener un crayón, construir con bloques, tocar un tambor, lanzar una pelota, etc.)
- Enseñarle el lenguaje incluyendo vocabulario, gramática, seguimiento de instrucciones y secuencias.
- Promoverle las habilidades sociales y emocionales tales como esperar turnos, establecer y respetar límites y autocontrol.
Los beneficios del juego libre
El juego libre dirigido por niños tiene otros beneficios, que incluyen ayudar a tu pequeño a:
- Tomar riesgos creativos. El juego estructurado tiende a girar en torno a las reglas que los niños deben seguir para que la actividad tenga éxito. Durante el juego libre, tu pequeño es libre de experimentar y probar diferentes cosas.
- Aprender a resolver problemas. El juego libre presenta a los niños oportunidades únicas para enfrentar y resolver problemas.
- Usar el funcionamiento ejecutivo. Aunque el juego estructurado también perfecciona estas habilidades cognitivas (que utilizamos, por ejemplo, para planear y ejecutar objetivos, alternar entre tareas y controlar impulsos), el juego libre implica el uso continuo de las funciones ejecutivas.
- Participar en juegos simulados que, entre otros beneficios, estimula el uso de la imaginación y apoya el desarrollo social y emocional.
- Desarrollar un sentido de poder. Durante el juego libre los niños tienen el control, lo que les ayuda a desarrollar la independencia y la autosuficiencia.
- Recorrer la interacción social. Mientras que el juego estructurado le enseña a tu hijo las normas sociales, el juego libre le da la oportunidad de observar, responder y adaptarse en situaciones sociales cambiantes. Esto se vuelve cada vez más importante a medida que comienza a jugar con otros niños y surgen desafíos como compartir, colaborar y resolver desacuerdos.
¿Deberías compartir el juego libre con tu hijo o dejarlo jugar solo? De nuevo, las dos opciones son válidas. Jugar solo no solamente lo ayuda a desarrollar la independencia sino que puede tomar riesgos creativos porque cuando los niños juegan con sus padres, se pueden preocupar más por hacer las cosas de “forma correcta”. El juego libre compartido contigo, por otra parte, apoya el vínculo, el desarrollo cerebral, la adquisición del lenguaje y de habilidades sociales y emocionales. Para maximizar el aprendizaje mientras compartes el juego libre con él, sigue su ejemplo, enfócate en lo que él esté concentrado y participa en un intercambio significativo de palabras, expresiones faciales y gestos.
Por último, ten en cuenta que el tiempo frente a las pantallas interfiere con el juego completo, interactivo y de cuerpo entero que es esencial para el desarrollo de tu pequeño, especialmente durante estos primeros años de vida.